martes, 6 de enero de 2009


Desde el medioevo, el águila ha significado la conciencia suprema más que el intelecto, el espíritu. Hay que pensar que todos esos procesos son internos. Eso puede ser tanto un águila como el arcángel Gabriel. Los ángeles dan la espalda a Dios y solamente hay uno que lo mira, el “enviado de Dios”. El Águila es un mensajero divino, está en comunicación con su centro vital, con ese Dios interior que cada uno de nosotros lleva dentro. Es un fenómeno que aparece cuando se empieza a estudiar y se encuentra en todas las religiones y en las mitologías. Es interesante que el águila figure en el escudo de México y que también sea el símbolo de Estados Unidos. A.J.: Decimos también que el águila y la serpiente son antítesis que se unen y que podrían significar el alma y el cuerpo, lo espiritual y lo material, la supraconsciencia y el inconsciente que deben fusionarse y sólo ser uno. Se podría continuar esta búsqueda de simbiosis cuando la serpiente lleva plumas y el águila pierde sus escamas. En los bestiarios medievales, el águila era también el animal que volaba más alto, que podía ver al sol y a Dios; simbolizaba además la eternidad porque cuando su pico está gastado, lo cambia y lo regenera afilándolo en las rocas. Es por eso que los reyes y sobre todo el Emperador en el cuarto arcano del Tarot tienen la nariz ganchuda del águila que simboliza la categoría interna de sí, la conciencia universal, eterna.



ALEJANDRO JODOROWSKY.





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